Thursday, November 10, 2005

Sobre el asunto Mehlis

Bueno, estamos aquí, tras el discurso de Bashar, sin saber muy bien hacia donde vamos. El discurso me ha parecido lógico, es el discuro de alguien que está hasta el gorro de tanta prepotencia por parte de la Comunidad Internacional (mal llamada Comunidad), y de la doble moral que a diario muestra.

Creo que Siria tiene el derecho a exigir que se interrogue a sus ciudadanos en su país, y lo que está haciendo Mehlis es una provocación con el fin de humillar a Siria. Qué diferencia hay entre la postura de Siria y la de EEUU?. Los EEUU se niegan a que los acusados por la Audiencia Nacional española por el asesinato del periodista español Couso en Iraq sean interrogados en España. No es lo mismo? Por qué Siria debe permitir que esta pantomima de investigacion que está haciendo Naciones Unidas se celebre en suelo Libanés?, qué hay de la soberanía siria?.

Lo que es evidente es que el juez Mehlis no tiene ninguna prueba contra Siria y trata únicamente de ganar tiempo y provocar la no cooperación de Siria para así imponerle las sanciones que ya han decidido EEUU y Francia, no importa si colaboran o no, no importa si son culpables o no, la decisión está tomada. Tampoco importa si había armas de destrucción masiva en Iraq, ya se vio que no, pero daba igual, ellos lo sabían.

Por último, nadie se pregunta quién es el único beneficiario de esa muerte?, me refiero a Israel, si. Por qué nadie contempla su mano negr detrás de todo esto?, Por qué una resolución apoyada por 186 paises en contra del bloqueo de Cuba es ignorada por los americanos?, hay resoluciones que valen y otras que no?.

Yankees, please, go home.

Drewer

Peligro sobre Siria


Fernando Landro, investigador sobre oriente próximo
Peligro sobre Siria
POSIBLEMENTE nunca se sepa con certeza quién mató al ex primer ministro libanés Rafik Hariri en febrero pasado, pero sí sabemos de sus consecuencias, que todavía no han cesado. Escribí en esta tribuna a raíz de su asesinato que Siria había cometido un error estratégico al quedarse en el Líbano más de lo que convenía y que dicho error hubo de pagarse al tener que salir del país vecino a uña de caballo, precipitada por el magnicidio de Hariri.
De forma distinta a la interpretación de los hechos por parte de Occidente –si bien es cierto que una buena parte de la población libanesa estaba incómoda con la importante presencia militar siria–, también es cierto que a la hora de valorar la participación siria para finalizar la guerra civil libanesa, la gran mayoría avala y agradece la actuación de su vecino. En todo caso, Siria se había transformado en un pariente que nos viene a visitar por un fin de semana y se queda todo el verano, pero, pasado el verano y los roces –serios– propios de una convivencia incómoda, cuando nuestro pariente se va de casa, tras nuestro alivio, recordamos inmediatamente que no deja de ser familia nuestra.
Personalmente, me cuesta creer que Siria, su presidente o los miembros más destacados del clan alauita hayan cometido el asesinato. No porque se trate de un grupo de beatos incapaces de romper un cristal, sino simplemente porque no les convenía. Era obvio que al momento de proceder con la muerte de Hariri se les echaría todo el mundo encima, de modo tal que, para quien lo haya hecho, un solo hecho luctuoso –que además se cobró la vida de otras veinte personas– se transformó en una forma rápida y económica de echar a Siria del Líbano… a menos que Damasco lo haya hecho para echarse a sí mismo.
Podría ser que, efectivamente, con tantos miembros de la inteligencia siria en el Líbano, a alguno se le haya ocurrido actuar por iniciativa propia. ¿Objetivos?: Primero, castigar a Hariri ¿Por qué? Difícil saberlo, porque, si en lugar de creer los resúmenes de la prensa occidental, nos tomamos la molestia de revisar el pasado inmediato del mandatario libanés, veremos que no solamente contaba con el apoyo del presidente sirio dentro del Líbano, sino que no era él, precisamente, el más anti-sirio de los libaneses. Segundo, debilitar al Gobierno de Assad, el que dicen no tiene la verdadera suma del poder. Si eso es así, lo que se le viene a Siria, de prosperar las acusaciones de los EEUU, Inglaterra y Francia, no sólo acabará con Assad –al que Occidente bien podría calificar de "moderado"–, sino con la situación de poder que Siria tiene en la región, debilitándola principalmente ante Israel, después de tantos años de, poco a poco, fortalecerse diplomáticamente frente a Tel Aviv, e incluso llevar a otro escenario de inestabilidad interna, casi tan grave como el de Iraq.
Así las cosas, resulta inevitable pensar en objetivos políticos de mayor y más grave alcance por parte de Occidente, teniendo en cuenta la realidad en desarrollo en el Medio Oriente. A la pregunta "Después de Iraq, ¿a quién le toca?", la respuesta "Irán" parece menos probable que "Siria". Y ello tiene su lógica. Aquél es menos vulnerable, no hace frontera con Israel y, en realidad, aparte de su retórica, nunca atacó al aliado y protegido estadounidense, aunque sí le vendió petróleo, incluso en tiempos de Jomeini.
Para la poco comprensible lógica de la intelligentzia de Washington, si es que existe una especie de gran proyecto estratégico para la región, Siria, otro país gobernado por el partido Baath, es el último obstáculo árabe para tranquilizar a Israel, confiando que ni el Líbano ni Jordania son peligrosos y que Egipto seguirá aceptando las grandes cantidades de dinero que aseguren su calma y fiabilidad.
¿Esto funcionará? Creo que no. Si tenemos en cuenta que lo de Iraq va al fracaso, seguir adelante con el plan como si la cosa funcionase es un lujo que solamente los americanos pueden darse a golpe de dólares y sobre la base de una ideología llevada al paroxismo religioso, que cree que la imposición de modelos democráticos diseñados en Washington, acomodará al mundo a su imagen y semejanza.
Mientras rueda la cabeza del jefe de Gabinete del vicepresidente Cheney por mentir acerca de las razones para invadir Iraq, es lógico pensar que con Siria van por el mismo camino y si es malo calcular todo el daño y sufrimiento que estas acciones "estratégicas" le causan a las poblaciones locales mucho antes que a sus líderes, más malo es calcular que de salir mal el montaje –como es probable– habrá menos paz, menos estabilidad y algún otro 11-S que lamentar.